Debido a la cada vez mayor urgencia de cambiar la matriz energética convencional hacia una que sea menos – o nada- dependiente de combustibles fósiles, en los últimos años surgieron numerosas tecnologías que nos permiten acceder a un abastecimiento proveniente de fuentes renovables. Se denomina como renovable a aquel recurso que en primera instancia se presenta como inagotable. Es así que ya no sea un cuento nuevo que se pueda generar energía eléctrica a partir del sol, del viento o de la corriente de un río. Pero lo que sí se convirtió en un desarrollo novedoso a lo largo de los años fue la generación de energía a partir del recurso más vasto con el que contamos a nivel planetario, el mar; y a través de la misma una nueva forma de combatir el cambio climático.
Existen muchas formas de generar energía a partir de dicho recurso, como puede ser la energía de las corrientes, la energía maremotérmica, energía undimotriz, la osmótica (del grandiente salino), pero la tecnología marítima más común es aquella que proviene de olas y mareas, es decir, la denominada mareomotriz. Esta última es aquella en la cual se utilizan turbinas posicionadas en su eje horizontal para así aprovechar las corrientes.
Actualidad de la energía marítima
Esta tecnología sigue en etapa de desarrollo y todavía depende de financiación pública, y su mercado total continúa siendo chico, pero es sin duda una opción muy útil para generar energía utilizando toda la superficie marítima. Su potencia instalada, hasta fines de 2018, era de cerca de 500MW.
El aprovechamiento de la energía marina no genera impactos ambientales ni visuales considerables y constituye un recurso energético con gran capacidad de predicción. Sin embargo, las condiciones hostiles del mar, la fuerza del oleaje y de la corrosión marina, así como la necesidad de contar con mecanismos para trasladar la energía a tierra, hacen que esta tecnología requiera de grandes inversiones y que aún esté, salvo alguna excepción, en fase precomercial.
Ventajas y desventajas
Las ventajas, a grandes rasgos, son:
- Se trata de un recurso renovable, y dentro de un estándar, cuenta con producción constante de energía.
- No es contaminante, en el sentido de que no emite Gases de efecto Invernadero.
- Al ser el agua más espesa que el aire, se pude producir electricidad a baja velocidad.
Desventajas:
- La mayoría de países no tiene una legislación adecuada y pertinente que proponga una regulación específica para las centrales energéticas marinas.
- Es una fuente de energía relativamente nuevo y los estudios de sus impactos acumulativos sobre los ecosistemas que se ubican no han sido estudiados profundamente.
- Tiene un costo de mantenimiento muy elevado.
- Necesitan una locación específica. Tienen que ser construidas cerca de tierra firme, que es donde se dan las diferencias más marcadas entre mareas, y esto acarrea un gran impacto visual.
Esta claro que todavía le falta mucha inversión e investigación. Pero evidentemente resulta una opción más que atractiva para dejar de emitir tantos gases de efecto invernadero a través de la quema de combustibles fósiles, y también representa una solución accesible al problema de la capacidad en términos de espacio que pueda llegar a presentar la instalación de parques grandes de paneles solares o turbinas eólicas.
Si quieren obtener más información, o quieren conocer otras opciones para operar con energía renovable de manera más sencilla, contáctanos.
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