La Brecha Financiera del Cambio Climático

Los problemas ambientales son, en gran parte, problemas económicos. En el caso del cambio climático nos encontramos con un problema de una externalidad de emisiones. Una externalidad es una consecuencia no deseada de una actividad, comercial o industrial. Acá nos encontramos con empresas e industrias que a la hora de operar emiten gases de efecto invernadero a la atmósfera provocando el calentamiento global y, por lo tanto, el cambio climático. La externalidad de emisiones, en sí misma, es una falla de mercado. Sin presión de una regulación o de grupos de interés, a las empresas no les va a convenir reducir las emisiones ya que hacerlo hoy en día cuesta más caro.

Si una empresa por su cuenta decide reducir sus emisiones va a asumir el costo de dicha reducción sin obtener un beneficio directo, ya que el beneficio se lo lleva todo el mundo en su conjunto. Por lo tanto, es necesario intervenir para establecer reglas de juego que incentiven a que las empresas reduzcan sus emisiones y premien a las que reducen de más. Hay distintos mecanismos para hacer esto como la tarifa a la emisión de carbono, los sistemas de comercio de emisiones, entre otros.

La Brecha Financiera del Cambio Climático

CÓMO REDUCIR LA BRECHA FINANCIERA

Sea cuál sea el mecanismo que se quiera utilizar para cambiar la forma de hacer negocios, para hacer estos cambios se necesita plata. Hay que realizar inversiones para reacondicionar las industrias existentes y fomentar el desarrollo de industrias nuevas más limpias, como las energías renovables.

El problema es que existe una brecha financiera enorme entre lo que el mundo está financiando, o dispuesto a financiar, y lo que se necesita para transformar la economía global en una economía baja en carbono. La brecha financiera está relacionado con las inversiones necesarias para reducir la brecha de emisiones.

INVERSIÓN NECESARIA

En la Conferencia de la Partes de Naciones Unidas en el 2009 los países desarrollados se comprometieron a invertir anualmente 100 mil millones dólares para combatir el cambio climático. Un estudio realizado por la OECD muestra que, en el año 2017, los países desarrollados movilizaron solo 71,5 mil millones de dólares. Lo que es más grave aún es que para transformar la economía actual a una economía baja en carbono se van a necesitar mucho más que 100 mil millones de dólares al año, al menos esta es la postura del IPCC. El sector energético por su cuenta necesita más de 2 trillones de dólares al año entre 2030 y 2050 para limitar el calentamiento global a 1,5 grados.

La Brecha Financiera del Cambio Climático

Las finanzas climáticas tienen el potencial de acelerar el cambio de una economía lineal, basada en los combustibles fósiles, a una economía circular, baja en carbono. Desde el Acuerdo de París las cosas empezaron a cambiar. Sin embargo, no fue hasta el 2020 que se presenciaron grandes cambios en los objetivos. Desde Noviembre 2020 vimos cómo la Unión Europea, China, Japón, Corea del Sur y ahora EEUU con Biden hicieron promesas para ser carbono neutrales en 2050 (China en 2060).

La Unión Europea suscribió el Pacto Verde y va a movilizar 1 trillón de euros para transformar su economía en una economía baja en carbono para el 2040. Biden presentó un plan de inversión de 2 trillones de dólares para transformar los EEUU. Al mismo tiempo BlackRock, el fondo de inversión más grande del mundo, está presionando a su cartera a reducir sus emisiones o va a dejar de invertir en ellos.

Esperemos que estas promesas no queden en el aire y los cambios empiecen a ocurrir rápido.

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