El rol de los bosques, como sumideros de carbono o fuentes de almacenamiento de carbono, es de vital importancia para combatir el cambio climático.
A través del proceso más elemental de los árboles, la fotosíntesis, se fija o se captura el dióxido de carbono (CO2) existente en la atmósfera y se almacena en su biomasa a lo largo de su vida. De esta forma, los sistemas forestales funcionan como uno de los reservorios más importantes para combatir el calentamiento global.
Impacto de los Bosques en la concentración de dióxido de carbono atmosférico
Hay una lista en constante crecimiento de empresas, negocios, políticos y organizaciones sin fines de lucro que contemplan la idea de que podemos utilizar los bosques para salir de la crisis climática. Pero, para poder tener una contabilidad sobre su potencial, nos podemos guiar por fundamentos científicos.
Durante su crecimiento, los árboles convierten el CO2 en su biomasa a través de la fotosíntesis. En este proceso, alrededor de 3 trillones de árboles contabilizados en la Tierra, están capturando aproximadamente un tercio de los gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por causas antropogénicas al año. Los proyectos e iniciativas relacionadas a la plantación de árboles están enfocadas en la escalabilidad de estos procesos.
Las estrategias de captura de carbono (Carbon Dioxide Removal, CDR) que se pueden lograr a través de los bosques se pueden identificar y clasificar según su práctica. Además, muchos equipos científicos trabajan para poder calcular el total de capacidad de captura de los bosques globalmente.
Bosques para la reducción de emisiones
Tres prácticas principales de prácticas forestales usadas para reducir las emisiones netas de GEI son:
- Emisiones evitadas: en términos simples, se puede reducir a “no cortar los árboles”. En este caso, se evita la conversión de bosques a otros usos de la tierra, tales como agricultura o pastura de ganado. Los mayores drivers de deforestación son la ganadería, la producción de soja y palma aceitera y la producción de los derivados del papel. Actualmente, la tendencia de deforestación libera aproximadamente 3.5 GtCO2 anualmente, alrededor de un 10% del total de emisiones netas de GEI, en su mayoría proveniente de bosques tropicales.
- Manejo forestal: definido como la reconversión del uso de la tierra que es utilizada como bosques para aumentar el nivel de secuestro de CO2 de la atmósfera. Por ejemplo, la restauración de bosques degradados o el aumento la edad de los árboles que se aprovechan de manera sostenible al extender las tasas de rotación de la recolección. En un reporte especial del IPCC del 2019, se estimó que alrededor de 0.44 y 2.1 Gt de CO2 podrían capturarse anualmente por la implementación global de este tipo de prácticas.
- Plantación de nuevos árboles: esta estrategia está relacionada con un gran atractivo de marketing. Las prácticas engloban la reforestación de tierras recientemente deforestadas o la aforestación, que implica la plantación en zonas que no habían sido plantadas hacía muchos años. Estimaciones conservadoras de tasas de captura calculan que estas prácticas podrían significar desde 0.5 a 3.6 GtCO2 por año. Otras estimaciones consideran que esta cifra podría elevarse hasta a 17 GtCO2 por año.
Estos son tan solo algunos ejemplos de prácticas forestales categorizadas por su implementación. Existen otras como REDD+ (reducción de las emisiones por degradación o deforestación de los bosques) que son altamente utilizadas en Latinoamérica.
El potencial de la reforestación global
Los diferentes bosques tienen diferentes densidades, por lo que tienen diferentes tasas de secuestro de CO2. Según Susan Cook-Patton, científica de The Nature Conservancy, los árboles de bosques tropicales suelen crecer más rápidamente que los árboles en la zona boreal. Analizando casi 11.000 mediciones de absorción de carbono en bosques en crecimiento provenientes de más de 250 estudios, el equipo de The Nature Conservancy encontró que la estimación máxima biofísica del potencial de reforestación global puede secuestrar alrededor de 8.9 Gt de CO2 por año, o ¼ de la tasa de emisiones globales actuales.
Fuente: ClimateNow.
El equipo propuso un análisis de un cálculo más realista, considerando el uso de los suelos y las prácticas alimentarias actuales, así como los compromisos actuales de los países (indicados en sus contribuciones nacionalmente determinadas) relacionados a la reforestación. Esta estimación arrojó un potencial de 5.9 Gt de CO2 al año.
Compensación de la huella con bonos o créditos de carbono
Con el objetivo de realizar buenas prácticas de compensación de emisiones, por ejemplo la medición de la huella de carbono corporativa, es necesario considerar criterios a la hora de optar por mecanismos de compensación como los bonos de carbono.
Los siguientes criterios son algunos de los considerados por las certificadoras internacionales, como el Verified Carbon Standard (VCS), para la emisión de bonos:
- Permanencia: este concepto se refiere a que la captura de CO2 de la atmósfera, efectivamente se mantenga capturada a lo largo del tiempo.
- Fuga: concepto relacionado con el cambio de emisiones de un lugar a otro, proveniente de esfuerzos realizados para evitar emisiones. Por ejemplo, el cambio de uso de suelo de pastura a plantación puede implicar mayores emisiones si ésta última no es realizada de forma controlada en términos logísticos de implementación.
- Adicionalidad: significa que el ingreso económico de los bonos de carbono justifica la implementación del proyecto. Es decir que, sin esto, el proyecto no hubiese sido viable. El incentivo económico debería estar considerado desde un inicio en concepto de requisito para la efectiva implementación del proyecto. Además, significa que las reducciones de las emisiones no habrían existido sin el proyecto en sí.
Mediante la planificación, aplicación y certificación de sistemas de gestión forestal sostenible, se puede garantizar la compatibilidad entre la persistencia del bosque, el aumento de su capacidad de fijación de carbono, y el resto de usos.
Definitivamente, no podemos compensar todas nuestras emisiones con los bosques, pero sí tienen un rol clave. La buena noticia es que los mercados de carbono están en crecimiento y cada vez más los proyectos forestales toman mayor demanda.
Durante la creación de nuevos bosques, protección y manejo de los mismos, es indudable que las concentraciones de CO2 en la atmósfera se pueden reducir considerablemente.
El camino a la carbono neutralidad
Cada vez más, países, empresas y organizaciones, están planificando e implementando estrategias para descarbonizar su huella de carbono. En estas estrategias de gestión de la huella, se recomienda considerar todos los mecanismos posibles de reducción, como por ejemplo los certificados de energía renovable, y para el remanente de la huella que es imposible evitar, se recomiendan los mecanismos de compensación como lo son los BIOCARBON+. La inversión en este tipo de mecanismos, brinda a las empresas una acción completa e integral para neutralizar las emisiones y llegar a la carbono neutralidad.
Si tu empresa u organización desea saber más sobre los bonos de carbono y el impacto local a través de proyectos de plantación, podés contactarte por mail a avasquez@carbonneutralplus.com